lunes, 8 de octubre de 2012

Reflexión sobre la primera clase


En la primera clase de Economía política II del actual curso 2012/2013, se nos expusieron tres temas sobre los cuáles debíamos reflexionar para posteriormente compartir, con el resto del grupo que nos había sido asignado, las experiencias que teníamos sobre cada uno de ellos.
En primer lugar, se nos propuso un tema acerca de las experiencias positivas durante el proceso educativo. Al principio, no nos resultó fácil arrancar, al encontrarnos con un tema tan general, que abarca tan diversos ámbitos y maneras de enfocarlo. Poco a poco, fueron saliendo aspectos de todo tipo: algunos se centraban más en el social, en el sentido de que habían conocido a mucha gente, hecho muy buenas amistades que perduraban en el tiempo, y aprendido así a socializarse. Otros, ponían especial atención en el académico, recalcando que habían desarrollado diversas cualidades como la constancia, la independencia, el esfuerzo, la organización, etc. Asimismo había una gran diferencia entre los que entendían como "proceso educativo" todo aquello que ha formado parte de nuestra enseñanza de alguna forma, desde que tenemos uso de razón, ya sea familia, colegio, ambiente socio-cultural, etc. Y por otro lado, los que consideraban que éste se limitaba exclusivamente al ámbito académico.
Posteriormente se nos propuso que pensásemos sobre las experiencias negativas del mismo. En este punto también hubo disparidad de opiniones; a algunos lo que más les preocupaba era la forma de dar clase de ciertos profesores, a los cuáles culpaban, en cierto sentido, de su mala trayectoria respecto a determinadas asignaturas, hecho que había marcado el resto de su transcurso académico. Otros, hacían especial incapié en la mala organización del sistema educativo y todo lo que ello acarrea; la falta de recursos, el programa de las asignaturas, las pocas facilidades para aprender idiomas en la Universidad y la subida de las tasas en última instancia. También había quien recordaba como un aspecto muy negativo del proceso educativo el hecho de tener que madrugar cada mañana para ir a clase.
Por último, se nos hizo meditar sobre las expectativas que teníamos sobre la clase, a lo que una gran mayoría coincidió en recalcar que lo que más les podía llegar a motivar es que lo que estudiasen les pudiese servir en un (incierto) futuro y que pudiera hacerles de trampolín para conseguir un empleo que, al fin y al cabo, no es más que el fin con el que se estudia una carrera, el poder dedicarte profesionalmente a ella, aunque cada día resulte un propósito más utópico...

No hay comentarios:

Publicar un comentario